miércoles, 26 de febrero de 2014
martes, 18 de febrero de 2014
Análisis sobre "La deshumanización del arte" Ortega y Gasset
La deshumanización del arte se
trata de un libro escrito en 1925 por José Ortega y Gasset donde se cuestionan
las nuevas artes que empiezan a aparecer. Se alude a la literatura y al arte de
vanguardia surgido tras la primera guerra mundial.
Ortega y Gasset es
el filósofo y ensayista mas
brillante de la España del siglo XX. Nació en 1883 en Madrid y vivió: el
desastre del 98, que dio comienzo a una época de crisis social, política y
ideológica; el reinado de Alfonso XIII; la segunda república y la guerra civil.
Las teorías del perspectivismo y de la razón vital o raciovitalismo, son las
que definen su filosofía.
Nació en una
familia acomodada, con las ideas regeneracionistas aunque luego se instaló en
las nuevas ideas de los
pertenecientes a la generación del 14.
Desde muy joven
tuvo servicio de la prensa. En aquella época, esta era la balanza para cambiar
el país. Suponía el medio de expresión de la élite intelectual, donde todos los
escritores de la generación del 14 escribían para introducir de sus ideas y
valores de la cultura europea. Comenzada la guerra mundial, algunos de ellos
salen bajo la dirección de Ortega y Gasset. Actúan a través del periódico “El
sol” o la revista “España”, fundada por él en 1915 y en donde los escritores
del 98 junto a los del 14, hacen una crítica de la vida política y social.
Pronto empezará
a disminuir el analfabetismo, y comenzará la aparición de los nuevos medios de
comunicación de masas. También hay un aumento de la tirada de libros
favoreciendo así la difusión de los ideales de los escritores de esta época,
así como libros de Ortega y Gasset, comportando un cambio en las mentalidades
dominantes. Se defiende la necesidad de sacar a España de su ancestral
aislamiento e introducir las ideas y los valores de la cultura europea.
En 1914 se
inicia la modernidad, aunque tras la guerra mundial suponga una ruptura
absoluta con los valores de la sociedad del siglo XIX. La primera guerra
mundial en 1914 supuso el exilio de gran parte de la población. España se
convierte en refugio sobre todo de gente francesa. Paris empezó a ser la
capital de las vanguardias pero tras el estallido la mayoría huyo a España, a
Madrid. También en Madrid se refugian escritores italianos, alemanes o
latinoamericanos, esto supuso un nuevo aire a la literatura y el camino a
algunas vanguardias españolas.
Al estallar la
guerra civil española, Ortega huyó de España y se exilió en Paris, en los Países
Bajos, en Argentina y en Lisboa. Y en 1945 volvió a España, donde murió.
En cuanto a sus
obras, en 1902 publicó su primer libro llamado “Glosas” donde ya daba cuenta su
visión sobre el hombre. En 1904, se doctoró en Filosofía y Letras, y en 1914
escribe “Meditaciones del Quijote”, primera obra donde expresa su visión de filosofía. En ella, define la vida
como individual pero también como circunstancia. En 1925, escribe otro de sus
libros mas destacables “La deshumanización del arte”, un libro y tratado
sociológico sobre el arte de vanguardia, el cual analizaré más detenidamente.
En 1930, “La
rebelión de las masas”, que supone un rechazo a la sociedad de las masas y a la
democracia. Las minorías preparadas son las capaces de generar pensamiento y de
dirigir el país.
Ortega y Gasset
en “la deshumanización del arte” comienza distinguiendo entre lo que no es
popular y lo que es impopular. Pone el ejemplo del romanticismo, que pasó a ser por excelencia el estilo
popular. Solo tuvo por enemigo a una minoría anquilosada en las formas arcaicas
del antiguo régimen. En cambio, el arte nuevo tiene a la masa en contra suya, por tanto es impopular/antipopular
por excelencia.
Desde el punto
de vista sociológico, existen dos grupos antagónicos: una minoría formada por
reducido número de personas favorables a este, y mayoría que le es hostil. Y la
distinción que los separa no es el gusto sino el entendimiento. La mayoría, la
masa, no la entiende. Se trata de un arte nuevo que no es para todo el mundo
como lo era el romántico.
Ortega y Gasset
cuenta que el hecho de no entender la obra, deja en posición de humillación al
hombre, y a la burguesía.
“Se acerca el
tiempo en que la sociedad, desde la política del arte, volverá a organizarse,
según es debido, en dos ordenes o rangos: el de los hombres egregios y el de los
hombres vulgares”. En este párrafo sacado del libro, ya distingue entre dos
tipos de personas que en “La rebelión de las masas”(1930) explicará mas
detenidamente de que son las personas egregias, las que tienen un nivel
educativo y cultural adecuado, las que deberían gobernar el país.
Ortega y Gasset
explica cómo para la mayoría de
las personas, una obra es “buena” cuando esta consigue producir la cantidad de ilusión
necesaria para que los personajes imaginarios valgan como personas vivientes.
En la lírica buscará amores y dolores del hombre que palpita bajo el poeta. En
pintura solo le atraerán los cuadros donde encuentre figuras con quien fuera interesante vivir o cuando
el paisaje real que representa merezca por su amenidad ser visitado en una
excursión. Por tanto, la mayoría busca el realismo, busca encontrarse en una
obra.
Existen dos
operaciones opuestas a la hora de observar por una ventana. Se puede ver el jardín
o ver el vidrio de la ventana, una excluye a la otra, se trata de dos
acomodaciones oculares distintas. Quien en la obra de arte busca el conmoverse,
que es lo que busca la mayoría, acomoda su percepción espiritual y por tanto no
verá la obra de arte. No se fijan en el vidrio de la ventana y se fijan en la
realidad humana que hay representada en la obra.
Todo el arte pasado
ha sido realista y para gozarlo no hace falta la acomodación al vidrio, a la
propia obra de arte. Basta con poseer sensibilidad humana y dejarse llevar por
los sentimientos. Este arte realista es arte popular, del que Ortega explica
que no es propio arte en si, sino extracto de vida.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3qbwXF_-uVwEpNbXGwqwhl5mLeetKgCCCgSoJIga016b-bYc5S3WNX1lauXbOwLSY4d2CwqSOvyNm5dHoVTjElkb4ZU6K8esdjgTy6i9hhVIBbh648ULFvnvtkLLhjnc22ylOdScFicg/s1600/surrealismo.png)
"La persistencia de la memoria" Salvador Dalí, 1931
A principios del
siglo XX se empiezan a agotar las combinaciones posibles en novela y en teatro
romántico-naturalista y es necesaria una nueva sensibilidad
Comienza la deshumanización
del arte, evitar las formas vivas, a hacer que la obra de arte no sea sino obra
de arte, a considerar el arte como juego y a considerarlo como algo sin
transcendencia alguna.
En el capítulo “Unas
gotas de fenomenología” coloca una situación: un hombre agoniza, su mujer al
lado, un médico cuenta las pulsaciones del moribundo, un periodista hace su
trabajo y un pintor que observa. Distingue en que la esposa y el pintor
presencian dos hechos completamente distintos y se pregunta cual será la
verdadera realidad. Para ello, lo primero es medir la distancia espiritual en
que cada uno se halla del hecho común. Y el pintor es el más distante ya que
tiene una actitud puramente contemplativa, hay mínima intervención sentimental.
Existen dos
tipos de grados: Los grados de proximidad, que equivalen a grados de
participación sentimental en los hechos, la realidad “vivida”; y los grados de
alejamiento, son grados de liberación en que objetivamos el suceso real,
realidad “contemplada”.
Las vanguardias
surgen como un grito de protesta tras la primera guerra mundial que había
dejado el mundo hundido en el sinsentido de este. Surgiendo la liberación de la
subjetividad en los artistas que necesitan expresarse con violencia a los
valores establecidos y a las tradiciones burguesas del pasado. Objetivo de provocar
y agredir al sistema burgués.
"El guernica" Pablo Picasso, 1937
Aparece una
nueva sensibilidad estética. En vez de ir continuando en busca de la máxima
realidad, se ve que ha ido contra ella y rompe el aspecto humano.
Ahora no hacen
falta sentimientos y pasiones, solo sentimientos estéticos. Como dice Ortega y
Gasset: “No se trata de pintar algo distinto al hombre, casa o montaña, sino
pintar un hombre que se parezca lo menos posible a un hombre.” Hay que
construir algo que no sea copia de lo natural.
En su apartado
“Invitación a comprender” habla de la diferencia entre la percepción de la
realidad vivida y la percepción de la forma artística ya que requieren
acomodaciones diferentes.
El poeta joven
cuando poetiza se propone simplemente ser poeta. Vida es una cosa, poesía es
otra. Ahora por ejemplo la metáfora tiene intención decorativa, para adornar la
realidad amada.
Ortega y Gasset
llega a la conclusión de que para deshumanizar el arte hay que invertir la
jerarquía de cosas importantes. En
primer plano tienen que ir los mínimos sucesos de la vida. Por ejemplo habla de
Ramón Gómez de la Serna, que escribe un libro sobre los senos o sobre el
rastro.
También se ha
pasado de pintar las cosas a pintar las ideas. El artista nos e fija en el
mundo exterior, ahora solo en los paisajes internos y subjetivos.
Por último,
habla del surgimiento de la iconoclasia en al religión y en el arte. Desde la
prehistoria hay sensibilidad por buscar la forma viva. Pero acabamos
aterrorizados y recogemos signos abstractos.
Cuando Ortega y
Gasset escribió este ensayo en 1925 no fue visto como novedad ni tuvo un gran
interés en el público. Se trataba mas un ensayo donde se expone la finalidad de
este nuevo arte que empieza a surgir. Peor hoy en día, se ha pasado a
considerar un análisis de lo que fue el nuevo arte, el arte de las vanguardias
tras la primera guerra mundial.
Además el
concepto de arte deshumanizado y moderno influyó en la generación del 27. Por
tanto, todas las ideas reflejadas
en el libro de Ortega, en cierto modo, describían a esta generación del 27.
Generación del 27
Por tanto,
Ortega y Gasset veía este nuevo arte como algo bueno y positivo. Un arte que
daba aires de modernidad y que distinguía entre hombres vulgares y egregios.
Algo que mas adelante en su obra “La rebelión de las masas” reafirma y analiza.
Su crítica al nivel educativo y cultural de la élites y sus intentos por
cambiar a éstas, eran constantes en su filosofía. Y la aparición de este nuevo
arte tan provocativo suponía dejar en humillación a la burguesía por no
entenderlo.
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