lunes, 31 de marzo de 2014
Ámsterdam. Visita a la casa de Ana Frank.
martes, 18 de marzo de 2014
"La señorita Else" de Arthur Schnitzler
Hace unas semanas me mandaron leer el primer libro en “Tendencias literarias”:“La señorita Else” de Arthur Schnitzler. Este narrador y dramaturgo austríaco escribió este relato en 1924.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLwM-jICIK4ScDotRNAyQ_2VciJcPtaUPXihBy5JcbvhaL1B-jI9pUcFW3A_gv8tLxXgcZAojEKQHWUXH2Ras4Y8lKDDy6Yaga3vnmxqFuDf1lu6Frh04eMKL6I9ECEbbaO-NznSpg5XY/s1600/arthur_schnitzler.jpg)
Solían ser los grupos que se sentían amenazados los que se refugiaban en la primera persona, el “yo” era un proceso para confesarse, como un procedimiento defensivo. Quizá por eso cuando aumentan las escritoras, escriben en primera personas, y al igual hicieron los judíos en tiempos hostiles o la minoría de escritores homosexuales.
Nos
encontramos a finales del siglo XIX principios del XX, en la transición del
simbolismo a las vanguardias. El movimiento feminista se empieza a desarrollar,
se empieza a extender la idea de la reformulación de las relaciones de género.
Else es un objeto de cambio, tratada como mercancía, se convierte en un
motor de drama. Por tanto este elemento feminista es un elemento interesante
que plantea la novela.
Otro
componente a destacar que aparece es el tema de la humillación. Estamos ante una sociedad injusta
en la que se humilla a Elsa. A las mujeres se las trataba como niños y como sujetos
dependientes que no pueden tomar sus propias decisiones. Esto solo lleva a un único
final posible (que ahora no desvelaré por si alguno aún no lo ha leído. Espero que pronto lo hagáis).
Estamos ante un tiempo del relato circular reiterativo, puesto que hay cosas que se nos
cuentan varias veces. La trama con progresión lineal que nos va marcando este
ritmo narrativo tan característico. Además nos encontramos ante un hecho que dura igual
que la trama. El diálogo de la historia dura lo que el diálogo de la trama ya
que se trata de un monólogo interior de Elsa que esta teniendo en presente.
La
señorita Else como otras obras fue poco leída y poco aceptada en aquella época.
Ya que estaba el modelo victoriano, los que leían eran la burguesía. Y esta
burguesía prefería mundos coherentes a problemáticos. Tenían tendencia hacia lo
real y empieza a aparecer una tensión entre lo que hacen estos escritores y lo
que el público desea.
Además
estamos ante un estructura simbolista. Se construye la realidad a través de signos,
como símbolo de la música o del baile. El vals vienés, como signo del ensimismamiento,
las vueltas te hacen perder la relación con el mundo exterior. Y uno acaba con
cierta perdida de los contornos y de los perfiles nítidos.
A mi sinceramente me ha encantado este relato, tanto por su forma de monólogo interior como la trama de este. A pesar de que las circunstancias sean otras, te sientes totalmente identificado con esta joven tan inocente y sincera. No hay límites entre lo que piensa y lo que debería de pensar, lo que hace que sea un discurso plenamente sincero.
A mi sinceramente me ha encantado este relato, tanto por su forma de monólogo interior como la trama de este. A pesar de que las circunstancias sean otras, te sientes totalmente identificado con esta joven tan inocente y sincera. No hay límites entre lo que piensa y lo que debería de pensar, lo que hace que sea un discurso plenamente sincero.
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