Antón
Chéjov fue un médico, escritor y dramaturgo ruso que nació el 29 de enero de
1860 en Taganrog y murió con 44 años el 15 de julio de 1904 en Badenweiler.
Es maestro del relato corto, pero también como dramaturgo escribió unas cuantas obras. Su carrera literaria la iba compaginando con la medicina.
Es maestro del relato corto, pero también como dramaturgo escribió unas cuantas obras. Su carrera literaria la iba compaginando con la medicina.
Tal
vez sus obras teatrales mas conocidas fuesen: “La gaviota”, “Tío Vania”, “Las
tres hermanas” y “El jardín de los cerezos”.
El
año pasado, en mi clase de teatro, llegó la profesora con distintas obras que íbamos
a preparar y representar. Una de ellas era “la gaviota “ Anton Chéjov. Había oído
hablar de este escritor pero la verdad que no había aun tenido la oportunidad
de leer ninguna obra suya. Esa misma tarde me leí la obra y sinceramente me
encantó. Hoy voy a centrarme en analizar las características de la escritura de
este gran escritor, Antón Chéjov.
En
sintonía con la realidad social de la época, Chéjov creó a sus personajes
insertos en un contexto en el que la antigua clase aristócrata se consumía
lentamente frente a los dictados de un nuevo orden encarnado en la burguesía.
Sus
dramas manifiestan la imposibilidad del hombre moderno de llevar a cabo sus
deseos, de tolerar la desidia, la inercia moral y la falta de responsabilidad.
El
objetivo de Chéjov es mostrar las cosas como son, bajo la sensación de lo
cotidiano, lo banal. La acción se reduce al mínimo, los golpes de efecto
brillan por su ausencia y la trama se entreteje en diálogos cotidianos
aparentemente desprovistos de mayor significado.
Ambientados
en casas de provincia, los personajes de Chéjov se ven sometidos al aburrimiento
y a la monotonía característicos de la clase aristócrata que ha perdido sus
motivaciones.
Sus
obras de madurez están elaboradas según el principio básico: el conflicto entre
un explotador y sus víctimas. Como en el caso de “La gaviota” en el que Triforín
destruye la candidez de Nina y Arkadina las esperanzas de su hijo. También esto
se puede observar en otra obra de Chéjov, “Tío Vania”, la llegada de Elena y
Serebriakor hace tomar conciencia en los demás sus propias miserias.
Por
otra parte, está el diálogo. Antón Chéjov crea un dialogo que es revelador de
las características de los personajes, de sus motivaciones, sus odios y
pasiones. Las obras parecen desplegarse en un crescendo, comienzan serenas, plácidas
y se complejizan hasta el clímax final, en el que el despojo se evidencia en
toda su envergadura.
Como
decía él: “Los hombres comen, duermes, fuman y dicen banalidades y sin embargo
se destruyen”
Antón
Chéjov crea historias donde el bien y el mal se conducen en conflictos
internos, personales; por lo tanto sus personajes no son arquetipos de héroes o
villanos, sino seres capaces de amar y odiar al mismo tiempo, de sufrir y
gozar, revelando así la profunda ambigüedad que caracteriza al hombre. Sus “héroes”
son figuras rutinarias, monótonas, enmarcadas en los lugares comunes de todos
los días.
En
“La gaviota”, escrita en 1986 encontramos todas estas características que suele
emplear Chéjov en sus personajes. Por un lado tenemos a personajes como
Arkadina, una actriz madura, egoísta y superficial que se enfrenta con su hijo,
el apasionado pero poco experimentado Treplev, quien quiere instaurar nuevas
formar de representación teatral, y tras no conseguir el éxito deseado, se
suicida, evidenciando el despojo espiritual del que ha sido víctima por parte
de su progenitora.
Por
otra parte encontramos a Nina, cándida aspirante a actriz que es seducida luego abandonada por Trigorin, el
escritor de gran éxito pero infeliz y deseoso del destino del hombre común.
Tenemos
mas personajes, pero exentos de tragedias personajes en la obra. Masha es el
prototipo de la mujer insatisfecha que, incapaz de lograr su felicidad, se
somete a una vida sin amor. Sorín representa al hombre que por no haber tenido
una existencia plena, ansía realizar en su vejez todo lo que no puedo hacer de
joven. Y Dorn intenta hacer filosofía mientras su vida transita por la
indiferencia.
La noche de estreno de la producción de “La
gaviota” fue un famoso fracaso. Pero cuando Konstantín Stanislavsky la dirigió en una posterior producción para el Teatro de
Arte de Moscú y la obra triunfó.
En
“La gaviota” nos encontramos con todas las características que antes he ido nombrado
tan peculiares de las obras Chéjov . Pero esta comedia de cuatro actos me ha
fascinado mas que las demás. Entre el entramado de la historia, suceden difíciles
momentos como el intento de suicidio de Tréplev, y los personajes en lugar de
hablar de los problemas expresamente, tienden a irse por las ramas, y ha hablar
de temas banales como al principio comentaba. Es el concepto conocido como “subtexto”
el que tanto me ha sorprendido y admirado.