martes, 18 de febrero de 2014

Análisis sobre "La deshumanización del arte" Ortega y Gasset

La deshumanización del arte se trata de un libro escrito en 1925 por José Ortega y Gasset donde se cuestionan las nuevas artes que empiezan a aparecer. Se alude a la literatura y al arte de vanguardia surgido tras la primera guerra mundial.
Ortega y Gasset es el  filósofo y ensayista mas brillante de la España del siglo XX. Nació en 1883 en Madrid y vivió: el desastre del 98, que dio comienzo a una época de crisis social, política y ideológica; el reinado de Alfonso XIII; la segunda república y la guerra civil. Las teorías del perspectivismo y de la razón vital o raciovitalismo, son las que definen su filosofía.
Nació en una familia acomodada, con las ideas regeneracionistas aunque luego se instaló en las nuevas ideas  de los pertenecientes a la generación del 14.
Desde muy joven tuvo servicio de la prensa. En aquella época, esta era la balanza para cambiar el país. Suponía el medio de expresión de la élite intelectual, donde todos los escritores de la generación del 14 escribían para introducir de sus ideas y valores de la cultura europea. Comenzada la guerra mundial, algunos de ellos salen bajo la dirección de Ortega y Gasset. Actúan a través del periódico “El sol” o la revista “España”, fundada por él en 1915 y en donde los escritores del 98 junto a los del 14, hacen una crítica de la vida política y social.
Pronto empezará a disminuir el analfabetismo, y comenzará la aparición de los nuevos medios de comunicación de masas. También hay un aumento de la tirada de libros favoreciendo así la difusión de los ideales de los escritores de esta época, así como libros de Ortega y Gasset, comportando un cambio en las mentalidades dominantes. Se defiende la necesidad de sacar a España de su ancestral aislamiento e introducir las ideas y los valores de la cultura europea.
En 1914 se inicia la modernidad, aunque tras la guerra mundial suponga una ruptura absoluta con los valores de la sociedad del siglo XIX. La primera guerra mundial en 1914 supuso el exilio de gran parte de la población. España se convierte en refugio sobre todo de gente francesa. Paris empezó a ser la capital de las vanguardias pero tras el estallido la mayoría huyo a España, a Madrid. También en Madrid se refugian escritores italianos, alemanes o latinoamericanos, esto supuso un nuevo aire a la literatura y el camino a algunas vanguardias españolas.
Al estallar la guerra civil española, Ortega huyó de España y se exilió en Paris, en los Países Bajos, en Argentina y en Lisboa. Y en 1945 volvió a España, donde murió.
En cuanto a sus obras, en 1902 publicó su primer libro llamado “Glosas” donde ya daba cuenta su visión sobre el hombre. En 1904, se doctoró en Filosofía y Letras, y en 1914 escribe “Meditaciones del Quijote”, primera obra donde expresa su visión  de filosofía. En ella, define la vida como individual pero también como circunstancia. En 1925, escribe otro de sus libros mas destacables “La deshumanización del arte”, un libro y tratado sociológico sobre el arte de vanguardia, el cual analizaré más detenidamente.
En 1930, “La rebelión de las masas”, que supone un rechazo a la sociedad de las masas y a la democracia. Las minorías preparadas son las capaces de generar pensamiento y de dirigir el país.
Ortega y Gasset en “la deshumanización del arte” comienza distinguiendo entre lo que no es popular y lo que es impopular. Pone el ejemplo del romanticismo, que  pasó a ser por excelencia el estilo popular. Solo tuvo por enemigo a una minoría anquilosada en las formas arcaicas del antiguo régimen. En cambio, el arte nuevo tiene  a la masa en contra suya, por tanto es impopular/antipopular por excelencia.
Desde el punto de vista sociológico, existen dos grupos antagónicos: una minoría formada por reducido número de personas favorables a este, y mayoría que le es hostil. Y la distinción que los separa no es el gusto sino el entendimiento. La mayoría, la masa, no la entiende. Se trata de un arte nuevo que no es para todo el mundo como lo era el romántico.
Ortega y Gasset cuenta que el hecho de no entender la obra, deja en posición de humillación al hombre, y a la burguesía.
“Se acerca el tiempo en que la sociedad, desde la política del arte, volverá a organizarse, según es debido, en dos ordenes o rangos: el de los hombres egregios y el de los hombres vulgares”. En este párrafo sacado del libro, ya distingue entre dos tipos de personas que en “La rebelión de las masas”(1930) explicará mas detenidamente de que son las personas egregias, las que tienen un nivel educativo y cultural adecuado, las que deberían gobernar el país.
Ortega y Gasset explica cómo para la  mayoría de las personas, una obra es “buena” cuando esta consigue producir la cantidad de ilusión necesaria para que los personajes imaginarios valgan como personas vivientes. En la lírica buscará amores y dolores del hombre que palpita bajo el poeta. En pintura solo le atraerán los cuadros donde encuentre figuras con  quien fuera interesante vivir o cuando el paisaje real que representa merezca por su amenidad ser visitado en una excursión. Por tanto, la mayoría busca el realismo, busca encontrarse en una obra.
Existen dos operaciones opuestas a la hora de observar por una ventana. Se puede ver el jardín o ver el vidrio de la ventana, una excluye a la otra, se trata de dos acomodaciones oculares distintas. Quien en la obra de arte busca el conmoverse, que es lo que busca la mayoría, acomoda su percepción espiritual y por tanto no verá la obra de arte. No se fijan en el vidrio de la ventana y se fijan en la realidad humana que hay representada en la obra.
Todo el arte pasado ha sido realista y para gozarlo no hace falta la acomodación al vidrio, a la propia obra de arte. Basta con poseer sensibilidad humana y dejarse llevar por los sentimientos. Este arte realista es arte popular, del que Ortega explica que no es propio arte en si, sino extracto de vida.

El arte vanguardista que empieza a aparecer tras la primera guerra mundial tiene una tendencia a la eliminación progresiva de los elementos humanos. El contenido humano de la obra será tan escaso que casi ni se le verá. Comienza a aparecer un arte para artistas y no para la masa de los hombres. Y aquí es cuando aparecen dos clases de individuos: los que lo entienden y los que no; los artistas y los que no lo son.


"La persistencia de la memoria" Salvador Dalí, 1931

A principios del siglo XX se empiezan a agotar las combinaciones posibles en novela y en teatro romántico-naturalista y es necesaria una nueva sensibilidad
Comienza la deshumanización del arte, evitar las formas vivas, a hacer que la obra de arte no sea sino obra de arte, a considerar el arte como juego y a considerarlo como algo sin transcendencia alguna.
En el capítulo “Unas gotas de fenomenología” coloca una situación: un hombre agoniza, su mujer al lado, un médico cuenta las pulsaciones del moribundo, un periodista hace su trabajo y un pintor que observa. Distingue en que la esposa y el pintor presencian dos hechos completamente distintos y se pregunta cual será la verdadera realidad. Para ello, lo primero es medir la distancia espiritual en que cada uno se halla del hecho común. Y el pintor es el más distante ya que tiene una actitud puramente contemplativa, hay mínima intervención sentimental.
Existen dos tipos de grados: Los grados de proximidad, que equivalen a grados de participación sentimental en los hechos, la realidad “vivida”; y los grados de alejamiento, son grados de liberación en que objetivamos el suceso real, realidad “contemplada”.
Las vanguardias surgen como un grito de protesta tras la primera guerra mundial que había dejado el mundo hundido en el sinsentido de este. Surgiendo la liberación de la subjetividad en los artistas que necesitan expresarse con violencia a los valores establecidos y a las tradiciones burguesas del pasado. Objetivo de provocar y agredir al sistema burgués.


"El guernica" Pablo Picasso, 1937

Aparece una nueva sensibilidad estética. En vez de ir continuando en busca de la máxima realidad, se ve que ha ido contra ella y rompe el aspecto humano.
Ahora no hacen falta sentimientos y pasiones, solo sentimientos estéticos. Como dice Ortega y Gasset: “No se trata de pintar algo distinto al hombre, casa o montaña, sino pintar un hombre que se parezca lo menos posible a un hombre.” Hay que construir algo que no sea copia de lo natural.
En su apartado “Invitación a comprender” habla de la diferencia entre la percepción de la realidad vivida y la percepción de la forma artística ya que requieren acomodaciones diferentes.
El poeta joven cuando poetiza se propone simplemente ser poeta. Vida es una cosa, poesía es otra. Ahora por ejemplo la metáfora tiene intención decorativa, para adornar la realidad amada.
Ortega y Gasset llega a la conclusión de que para deshumanizar el arte hay que invertir la jerarquía  de cosas importantes. En primer plano tienen que ir los mínimos sucesos de la vida. Por ejemplo habla de Ramón Gómez de la Serna, que escribe un libro sobre los senos o sobre el rastro.
También se ha pasado de pintar las cosas a pintar las ideas. El artista nos e fija en el mundo exterior, ahora solo en los paisajes internos y subjetivos.
Por último, habla del surgimiento de la iconoclasia en al religión y en el arte. Desde la prehistoria hay sensibilidad por buscar la forma viva. Pero acabamos aterrorizados y recogemos signos abstractos.
Cuando Ortega y Gasset escribió este ensayo en 1925 no fue visto como novedad ni tuvo un gran interés en el público. Se trataba mas un ensayo donde se expone la finalidad de este nuevo arte que empieza a surgir. Peor hoy en día, se ha pasado a considerar un análisis de lo que fue el nuevo arte, el arte de las vanguardias tras la primera guerra mundial.
Además el concepto de arte deshumanizado y moderno influyó en la generación del 27. Por tanto, todas las ideas  reflejadas en el libro de Ortega, en cierto modo, describían a esta generación del 27.


Generación del 27


Por tanto, Ortega y Gasset veía este nuevo arte como algo bueno y positivo. Un arte que daba aires de modernidad y que distinguía entre hombres vulgares y egregios. Algo que mas adelante en su obra “La rebelión de las masas” reafirma y analiza. Su crítica al nivel educativo y cultural de la élites y sus intentos por cambiar a éstas, eran constantes en su filosofía. Y la aparición de este nuevo arte tan provocativo suponía dejar en humillación a la burguesía por no entenderlo.