martes, 13 de mayo de 2014

Análisis "América" de Allen Ginsberg


“América” es un poema escrito en 1956 por Allen Ginsberg en Berkeley, California, y fue incluido en la publicación de" Aullido y otros poemas ". Fue uno de los primeros escritos tras la inestabilidad de la Segunda Guerra de los Estados Unidos. Aparecen temas de las guerras anteriores, como la bomba atómica o la política exterior de Asia, sin embargo, tambien aparecen descritos los disturbios raciales nacionales y la lucha del comunismo que caracterizaría las posiciones de política exterior de la Guerra Fría de los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo 20. Allen Ginsberg fue siempre uno de los miembros más activos políticamente más activos de la generación beat y "América" es tanto una introducción al pensamiento político de Ginsberg, como una amplia representación de los puntos de vista que mantendría durante toda su vida.
Allen Ginsberg nació en Newark, New jersey y en el seno de una familia judía. En los años cincuenta se convirtió en una figura prominente del movimiento beat y el llamado renacimiento de san francisco en el que también participaron, de un modo u otro, poetas como Kenneth Resort, Gary Snyder, Lawrence Ferlinghetti o Gregory Corso.
Este término de “beat generation” se refiere a un grupo de escritores estadounidenses de los años  50 caracterizados por el rechazo a los valores estadounidenses clásicos, el uso de las drogas, una gran libertad sexual y el estudio de la filosofía oriental
La publicación de Aullido (Howl), su obra fundamental, y otros poemas en 1956, en la legendaria editorial City lights, fundada por Ferlinghetti, fue un auténtico aldabonazo en la literatura norteamericana de posguerra y, junto con “En el camino” de Kerouac, el libro central del movimiento beat.
La poesía de Ginsberg estaba muy influida por el modernismo (ingles, no hispano. Vanguardia), el romanticismo, el beat y la cadencia del jazz, además por su práctica del budismo kagyu y su origen judío.
En este poema, “América”, al igual que en "Aullido", se nos muestra la métrica irregular y una estructura que iba a ser un sello distintivo de la poesía de Ginsberg. El poema está lleno de referencias culturales y políticas, así como referencias a los incidentes y acontecimientos de la propia vida de Ginsberg, y a las vidas de sus amigos y compañeros escritores beat.
En el poema se salta de un tema a otro con poca relación entre sí, al igual que en el jazz. Ginsberg no buscaba narrativa o bellaza, sino la espontaneidad, la expresión humana, y la reacción.
Las estrofas, por llamarlo de alguna manera, del poema también son irregulares y espontáneas. La primera estrofa es de dieciséis líneas, la segunda y tercera doce, la cuarta y la quinta diez.
Al igual que otros poemas de Ginsberg, la estructura está realmente destinada a ser escuchada en lugar de leida. Al leer el poema en voz alta uno entiende mejor la naturaleza conversacional del poema.

La primera estrofa del poema es algo así como una introducción que establece el tiempo y el contexto.
América te lo he dado todo y ahora no soy nada.
América dos dólares y ventisiete centavos 17 de enero de 1956.
No puedo soportar mi propia mente.
Allen Ginsberg comienza el poema expresando su estado de ánimo deprimido y agotado. Expresa su propia desesperanza ya que su vida o la vida de los demás no significaran nada dentro de una cultura de censura y opresión. Se lamenta de la pobreza cultural de la época, lo que equivale a sólo unos pocos dólares y centavos. A partir de aquí, los siguientes versos del poema comienzan conversación con esta América personificado.
Ginsberg recuerda la gran promesa que Estados Unidos ofreció su propia familia como inmigrante a la tierra. Él le pregunta cuando Estados Unidos volverá a ser la tierra que una vez prometió ser. Se lamenta de que las bibliotecas de los Estados Unidos, lo que representa el potencial de la información y de expresión, estén "llenos de lágrimas", y se denuncia el corporativismo de la vida americana, simbolizado por el "supermercado" y cómo los que tienen "buena apariencia" se les da una entrada fácil en la riqueza de América (15-16).
En la segunda estrofa se sigue dirigiendo al país, de forma personificada. Comienza con un tono de reconciliación, tratando de encontrar elementos comunes entre sí y su país.
Ginsberg, que habla a su país como un amante perdido, dice así:
Me haces desear ser un santo
Esta confesión demuestra el amor que Ginsberg  sintió, y la esperanza y el optimismo que sentía en su vida antes. Como un hombre joven, influenciado por las afiliaciones comunistas de su madre, Ginsberg sentía que su primera vocación era ayudar a los obreros y trabajadores como abogado laboralista. A pesar de que sus ambiciones lo llevaron en una dirección diferente - la de un poeta en lugar de un abogado - Ginsberg admite que no puede "renunciar a su obsesión." Es una obsesión con la promesa de Estados Unidos, con las cosas que una vez creía profundamente: la justicia, la tolerancia, la libertad, y la aceptación.
Ginsberg, a lo largo de su carrera, estaba fuertemente a favor de la legalización de las drogas y su advertencia a los Estados Unidos es que si el país sigue procesando para este tipo de delitos menores, el país perderá sus "mejores mentes".
Acusa al país de "empujar" y él afirma que él sabe "lo que estoy haciendo" (25). En la línea 26 utiliza imágenes de las influencias de Oriente, una región del mundo cuya religión y cultura fascinará a Ginsberg lo largo de su vida. Él escribe que "las flores del ciruelo están cayendo." En la cultura oriental, la flor del ciruelo es un símbolo de la paz. Mediante el uso de estas imágenes desde otro país y cultura, Ginsberg está tratando de decirle a Estados Unidos que su esencia como un líder benevolente del mundo está en declive. Es el Este, tanto en su cultura y su política, el que muestran el camino hacia un mundo mejor.

No he leído los periódicos desde hace meses, todos los días alguien es sometido a juicio por asesinato.
La razón de que él no lee los periódicos no es sólo porque la noticia le dirá cómo su país lo traiciona, sino porque también se le informará de cómo sus propios amigos y compañeros de trabajo se convierten en una parte del ciclo de la violencia y la rabia.

Ginsberg tambien habla de los Wooblies, que era un apodo dado a los Trabajadores Industriales del Mundo, un sindicato internacional de los trabajadores. Creían que todos los salarios deben ser abolidas y que todos los trabajadores deben estar unidos como una clase de personas. Los Wobblies fueron duramente criticados por el gobierno de Estados Unidos. El sentimentalismo de Ginsberg hacia el grupo es el resultado de la influencia de su madre Naomi Ginsberg que mantuvo fuertes puntos de vista comunistas a lo largo de su vida.
Mas adelante, este escritor desplaza su foco lejos de la forma política, por el momento, y para los medios de comunicación. Ginsberg tenía a menudo una especie de relación de "amor / odio" con  estos medios. A menudo apareció en los medios de comunicación, y aprovechaba la oportunidad para criticar a los medios de comunicación también. Estas líneas en "América" son algunas de sus primeras críticas públicas de la creciente dependencia de Estados Unidos en los medios de comunicación.
Ginsberg en este poema utiliza la revista Time como ejemplo. Durante este período, Tiempo fue el más exitoso periodico en Estados Unidos. Ginsberg sugiere aquí que el país realmente está siendo dirigido por los medios de comunicación, que pueden afectar el clamor emocional de los ciudadanos que luego puede infundir miedo en sus representantes electos. Las decisiones políticas y sociales, por lo tanto, no están siendo hechas sobre bases racionales y humanitarios.
Luego este escritor hace un giro sorprendente en las próximas líneas del poema.
De repente empieza a asumir la responsabilidad de las reacciones "emocionales" que causa los medios de comunicación. Admite que lee la revista Time cada semana. Él admite que su noticia es tan importante para su propia comprensión del mundo como lo es para todos los demás. Está rodeado por la revista Time y, por tanto, los medios de comunicación. La revista Time, dice, le ayuda a saber cuál es su posición en el mundo. Esto sucede, por supuesto, al estar por debajo de todas las personas "serias" en el mundo, pero eso no cambia el hecho de que él mismo se adapta y se ajusta a las normas sociales impuestas por la revista Time y los medios de comunicación.
Ginsberg luego hace una admisión de que cambia el tono y el enfoque del poema: de repente se da cuenta de que "Yo soy América" y que "estoy hablando a mí mismo de nuevo" (49-50). Ginsberg comenzó la estrofa diciendo "me dirijo a usted," (41) y termina la estrofa por darse cuenta de que el "usted" es realmente él mismo. Su propia conformidad, su disposición a aceptar el lugar en la vida y los papeles de la carrera y la personalidad en el contexto americano.
La siguiente estrofa vuelve a la política y se basa en la naturaleza psicodélica del poema. Hace uso particular de este estilo.
Ginsberg comienza afirmando que "Asia se está levantando contra mí" (51). Se hace referencia a dos eventos en particular aquí: el primero es el ascenso de China como potencia comunista en el Este. Los Estados Unidos y Rusia han luchado a lo largo de la primera mitad del siglo XX, para influir en la política de China y su población. China se convertirá en un aliado de la URSS, un revés para las relaciones exteriores de Estados Unidos en esa parte del mundo, después de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial. Pero Ginsberg también hace referencia a su propio compromiso con la religión y la cultura asiática. Como estudiante universitario Ginsberg había estudiado el budismo zen como importante perspectiva religiosa para muchos de los escritores beat, ya que trató de alcanzar niveles superiores de conciencia a consumir drogas como el LSD. Al afirmar que "Asia está creciendo en mi contra". Ginsberg reconoce que él no tiene "la oportunidad de un chino" de evitar esta colisión de valores.
Él tiene "dos articulaciones de millones de marihuana de los genitales / una literatura privada impublicable ..." (54). Ginsberg parece ser autocrítico, observando cómo el estilo de vida que él vive (drogas, el sexo, el arte) es un recurso escaso para el reto monumental de su identidad y de la identidad política del país. Mudarse a un ámbito más amplio, que señala que él también tiene "jetplanes 1,400 millas por hora y las instituciones mentales veinticinco mil" (55-56). Las comparaciones aquí son elocuentes. Estas líneas plantean la pregunta de por qué un país con tales avances tecnológicos tipifica y castiga su loco de una manera tan inhumanas.
El poema vuelve a un punto de vista personal menos. Mientras Ginsberg dio cuenta de que él mismo era América y, a continuación, comenzó a examinar introspectivamente su complicidad en la América que estaba atacando, ha renunciado a esta línea de pensamiento y volvió a la conversación con una América personificada por separado. Acusa a Estados Unidos de estar en un "estado de ánimo tonto", y que esto le impide escribir una verdadera "letanía sagrada" de los fallos del país.
Comienza con una especie de allanamiento a los valores estadounidenses. Usa a Henry Ford, cuya línea de montaje es un método de producción revolucionado en la industria en el inicio del siglo XX, y hizo de Estados Unidos una superpotencia económica. Ginsberg dice que va a "seguir como Henry Ford", con su poesía, la escritura, no desde un punto de vista emocional y artística, sino con la mirada puesta en el beneficio. Todo se hace con fines de lucro y nada valioso viene sin sentido de los negocios. Esto, por supuesto, va en contra de los valores de los derechos laborales y la sindicalización que Ginsberg dice que una vez atendidas.
A medida que el poema comienza a cerrarse, a partir de la línea 78, Ginsberg continúa hablando sobre las actitudes discriminatorias de los Estados Unidos, que es el patriotismo no pensante, y es el tratamiento injusto de los grupos raciales y políticos minoritarios. Sin embargo, en estas líneas, Ginsberg se mueve de un tono de enojo a un sarcasmo mordaz. Mueve la conversación de un ataque a un país personificado a un ataque sarcástico sobre los ciudadanos del país real. Él comienza con tratar de imitar el habla coloquial estadounidense, un indicador de que se está burlando de los desinformados y sin educación que seguirían ciegamente un patriotismo ciego. Los antagonistas, Ginsberg dice, son "Esos Rusos esos Rusos y esos Chinos. Y esos Rusos" (79). Luego se burla de la paranoia de Estados Unidos sobre la Rusia comunista haciendo declaraciones ridículas como "Rusia quiere comernos vivos" y "Ella quiere llevar los automóviles de nuestros garajes" y "Su quiere agarrar Chicago" (80-82). Ginsberg se burla del miedo mal dirigido de los que optan por no aprender y no a pensar por sí mismos acerca de la situación política y social de su país.
En primer lugar, Ginsberg continúa su burla de la ignorancia americana utilizando formas de habla coloquial. Él usa pronombres equivocados y tiempos verbales incorrectos, lo que sugiere la ridiculez de los temores populistas de personas que ni siquiera han aprendido a leer correctamente. También hace uso de sonidos, una parte del poema que sólo puede ser evaluada con precisión a través de una lectura verbal. Los sonidos están destinados a ser primordiales, una vez más lo que sugiere que estos ignorantes populistas no son sólo animales. Su uso despectivo de los nativos americanos y los afroamericanos de aquí es una muestra palpable de su miedo. El comunismo hará que todas las personas iguales y estos populistas quieren sólo para mantener el status quo discriminatorio. Por último, Ginsberg sugiere que lo de lo que tienen mas miedo estas personas es de decir que su estilo de vida confortable de clase media será tomado de ellos y ellos en cambio tendrá que trabajar para los "dieciséis horas al día", una difícil situación que es simplemente insostenible a la cultura de la pereza que ha envuelto América.

Las últimas líneas del poema abandonan el sarcasmo y el lenguaje lúdico de las líneas anteriores. Ginsberg establece un tono más "serio" para el final contando Latina adelantado que "esto es muy grave" (87). Él es casi con incredulidad en todo lo que solo ha acusado al país de. Las cuatro últimas líneas son la declaración de la acción de Ginsberg. Él le dice tanto el país como el lector de que es hora de que "llegar hasta el trabajo" (90). Luego califica lo que puede hacer: él no puede unirse al Ejército y que no puede trabajar en una fábrica, tanto a causa de sus ideas políticas y sociales, sino también porque es "miope y psicópata de todas formas", dos condiciones que le impidan de este tipo de servicio. En cambio, Ginsberg sugiere que tendrá que encontrar su propia manera de contribuir a la evolución de la situación social que se acaba de describir en el poema, a pesar de que no hace ninguna declaración positiva hacia lo que realmente va a hacer. Es probable que en la década de 1950, antes de que la lucha contra la guerra y los derechos civiles del activismo de la década de 1960, había poca salida para el cambio y la expresión política y, por tanto, Ginsberg no podía agregar una descripción más detallada de lo que el trabajo que en realidad llevar a cabo.

En cambio, él hace una declaración final que es a la vez una declaración de su diferencia y una declaración de su deseo de trabajar en una mejor América. "Estados Unidos me estoy poniendo mi extraña hombro a la rueda." Poner un hombro a la rueda es una expresión de un trabajo duro y el trabajo. Ginsberg sugiere que va a demostrar que incluso los marginados, los débiles, y los afeminados pueden afectar el cambio, una declaración que resultaría ser muy cierto en las próximas décadas.

"La casa de la fuerza" de Angélica Liddell

"El extranjero" de Albert Camus

"El público" de Federico García Lorca

viernes, 9 de mayo de 2014

Análisis poema “No sé de ningún mundo mejor” de Ingeborg Bachmann

“No sé de ningún mundo mejor” se trata de una curiosa obra de Bachmann, un libro que recoge un poemario, aunque podríamos denominarlo recopilación de textos a medias o textos fallidos.
El tema que recorre todos estos poemas es el de la soledad y también el de la enfermedad. Ingeborg Bachmann esta afectada y se siente sola, sin familia ni amigos, desamparada y moribunda. Esta gran autora de otras grandes obras ahora se encuentra en un momento de desesperación en un cuerpo dolorido y enfermo.
La austriaca Ingeborg Bachmann nació en Carintia 1926 y murió en Roma 1973. Destacó como poeta, ensayista y narradora. Su novela estrella fue Malina, y su breve pero intensa obra poética estaba compuesta hasta ahora por los libros El tiempo postergado, Invocación a la Osa Mayor y un grupo de Últimos poemas recogidos en sus Obras completas en 1978. Pero el año 2000 se publicó en Munich “No sé de ningún mundo mejor”, una importante colección de textos que se habían mantenido inéditos por decisión de la familia, dado su carácter de inconclusos, pero que finalmente fueron dados a la luz teniendo en cuenta que su autora, aun sin haberlos corregido y revisado, no los destruyó, como hizo con otros borradores. Sus hermanos escribieron en el prólogo: En estos versos las palabras hermosas han dejado su lugar al espanto, al dolor, a la cercanía de la muerte. Expresan el luto por la poesía perdida y los sufrimientos de los seres, siendo, al mismo tiempo, una crítica implacable de la sociedad.
Ingeborg Bachmann murió en un hospital en Roma tres semanas después de un incendio, dejando su obra incompleta.
En este poema, como en los demás de este libro, se puede observar a una Ingeborg Bachmann mas pesimista, frágil donde desvela sus obsesiones y sus miedos a base de repeticiones. Intenta entenderse y contarse a si misma lo que siente, la desconfianza y los descuidos de su vida. Es un momento en el que intenta desahogarse escribiendo la desesperanza que siente.
Como he comentado antes, la autora se encuentra enferma, en una cama de hospital y moribunda, por tanto su espera es terrible y en estos poemas nos hace testigos de sus más íntimas emociones.
Este poema del libro “No se de ningún mundo mejor” se compone de cinco estrofas de versos libres ya que no comparten ni rima ni medida fija.
El poema comienza “quien sepa de un mundo mejor, que dé un paso al frente”. La autora se encuentra en pleno renacer de la poesía germánica tras la posguerra. Además, se exilia a Italia tras su difícil relación con su país,  Austria. Este utópico mundo que busca Bachmann se trata de un mundo desmilitarizado, un mundo del que  deberíamos prescindir del autoritarismo de las instituciones.
Ingeborg avanza desde un punto de vista mas exterior, desde las injusticias del mundo, y de cómo los débiles son los primeros que caen. Y a medida que avanza el poema, se acerca a su mundo interior, a sus preocupaciones y a sus miedos, hasta caer en la desesperación y en la frustración, que podemos observar en sus versos del cuarto párrafo.
Enferma y moribunda se da cuenta de que todo lo que ha vivido y sus mejores momentos ahora se empiezan a  desvanecer y aparece la melancolía.
Esto ya no era yo desde hace tiempo.
Llegando a su último párrafo donde lo reitera y se da por vencida. Apenas es capaz de sentir algo positivo, por su estado de enfermedad, y lo único que siente es dolor.
¿Cómo va a terminar? Me he vuelto
aburrida y tan lenta y tan fría
que, sin mi dolor, ya no estaría viva.


Con encadenamientos con la siguiente estrofa a base de repeticiones.
He implantado mi amabilidad,
mi risa y una música del porvenir.
en la aridez de un pecho recolectado.
He amado como los salvajes,
entusiasmada por el amor y por cada día.
He adorado, he quemado raíces, he ayudado
Se trata de repeticiones al principio de cada verso, casi como anáforas, que describen cómo vivía y sentía, causando un mayor impacto en su último verso que dice así, “Esto ya no era yo desde hace tiempo.” Como desesperanza final hacia la vida.
Por otra parte, la primera estrofa con la segunda, y la tercera con la cuarta forman anadiplosis.
en el sueño del armamento, en el sueño
del regreso.
Hasta el regreso. Pero se dice

si no tienes ninguno, te lo había
implantado yo.
Te he implantado un corazón,

Podemos percatarnos de cómo se repite un grupo de palabras al final de un verso y al comienzo del siguiente que consigue encadenar todas sus ideas a manera de pensamiento,  todo sus ideas se van enlazando.
Estamos ante uno de los poemas en los que esta luchadora incansable, Ingeborg Bachmann acabó presa de la desesperanza, tal vez su mas temible enemigo.




jueves, 1 de mayo de 2014

Análisis "La ola de mi pozo" de Juan Ramón Jimenez


El poema "La ola de mi pozo" trata la soledad del autoexiliado. El autor se pregunta si debió marcharse, acepta el viaje pero está confuso.

El autor es Juan Ramón Jiménez, el principal poeta español del siglo XX. Nace el 23 de diciembre de 1881 en Moguer, Huelva y muere el 29 de mayo de 1958 en San Juan, Puerto Rico. Dedica toda su vida a la perfección y a la búsqueda de una forma poética. Es quien introduce el modernismo en España. Su simbolismo constituye renovación radical de todo lenguaje poético, mayor complejidad rítmica, vocabulario refinado y construcción de mundos ideales y esencializados que rompen con el carácter prosaico.
Tras su etapa sensitiva y su etapa intelectual, en 1936 con causa de la guerra civil, se exilia a America. El 19 de septiembre de 1936 llega a Nueva York y tras una breve estancia, Juan Ramón y su mujer Zenobia embarcan hacia Puerto Rico. Allí continua con su objetivo principal de sus obras, la búsqueda de la belleza y la perfección pero su temática va cambiando.
El poema a analizar pertenece a su libro “En el otro costado” escrito entre 1936 y 1942 en esta etapa de exilo. Se trata de un poema no estrófico con rima asonante aunque se queda algún que otro verso descolgado.
El poema se podría dividir en tres partes diferenciadas.
Juan Ramón Jiménez comienza su poema con un grito. Según piensa, renuncia y dice “ni quiero más el mar”. Este verso completaría su sentido al final del poema, ya que vendría a ser su desahogo final, y en donde analiza su estado anímico y de exiliado.
Podríamos distinguir una 1º parte en la que Juan Ramón Jiménez se da cuenta que no avanza y de que está perdiendo el tiempo. Se siente solo. Juan Ramón está exiliado y se acuerda de su pozo. Del pozo de Moguer.
En su segundo verso describe su estado, “la redonda y movible soledad”, soledad como vuelta al mismo sitio. “Con los radios constantes del pasar” con esta figura de los radios de una bicicleta explica cómo se siente en el exilo. Al igual que la rueda de una bicicleta, Juan Ramón siente que a pesar de que viaje mucho, no avanza, vuelve al mismo sitio. En este momento nos ubica, y nos traslada a su Moguer.
Para no entrar en una depresión, piensa en su pueblo, el único sitio que le transmite tranquilidad. Empieza la 2º parte que constaría de la segunda y tercera estrofa.
“Pozo mío, Moguer, quietud fatal” Aquí hay dos pensamientos y un estado de animo. La paz de Moguer y el inmovilismo de quedarse en Moguer renunciando a las injusticias que hay en España. A Juan Ramón le hubiese gustado haberse quedado pero hubiese tenido que renunciar a todo. Navega mentalmente a su tierra y esto le transmite paz al recordar. Con estas llanas palabras explica lo que siente. La protección de su casa y el sol de lleno dando en su puerta. ¿Quién se olvida del olor de los pinos y las piedras que por ser las mas viejas de lo existente solo te pueden dar paz?
En sus versos “tierra firme al estar viviendo y moridero del real amante del que vuelve a su verdad” explica cómo para él, el pueblo es la verdad. Su gente son reales personajes. Se atreve a decir que ellos tienen la verdad y lo valora, pero como no quiere aceptar el servilismo del pueblo como garantes de la verdad, por eso dice “del que vuelve a su verdad”. Es su pueblo el lugar ideal de vivir y el lugar en que amaría volver para morir.
Empieza la tercera estrofa en la que habla de su pueblo Moguer, como lugar donde están sus orígenes y su inocencia. Es una tierra de trabajo que además da sus frutos. pero en donde el tiempo no pasa, no cambia. En Moguer los males parecen congelarse y la paz inutiliza a la tristeza.
Para terminar, la última estrofa, que podría ser la tercera parte en que Juan Ramón habla de que para la desesperanza que tiene, prefiere estar en su tierra, en Moguer. Está harto de viajar, de moverse. Sabe que no debería volver y se desespera, pero es lo que mas desearía. Para él lo mas importante es el hogar, y su hogar está en ese pueblo de Huelva.
Estos últimos versos son un grito porque quiere volver y sabe que no puede.
Para embellecer el lenguaje de su poema, Juan Ramón Jiménez utiliza una serie de figuras literarias o figuras retóricas. Un ejemplo que aparece en dos ocasiones es la anáfora o repetición de una palabra al principio de cada verso. En la tercera estrofa con “tierra” y en la última con “más”. También hay una repetición al final de cada verso o epífora en la última estrofa con “mar”. Utiliza de adjetivos semánticamente innecesarios por redundantes como “ancho mar” o “hondo mar” que son los llamados epítetos. Otra de las figuras literarias que aparecen es una sinestesia “redonda y movible soledad”.
Juan Ramón Jiménez es un poeta dedicado por entero a la creación literaria. En el exilio, no perdió el sustento íntimo de su escritura, en su vía poética hay silencio, pero no hay discontinuidad. A pesar de la distancia, no pierde sus raices. Y acepta la finitud del hombre aquí en la tierra, con lo que resuelve, líricamente, el más hondo conflicto de la modernidad.

lunes, 7 de abril de 2014

Antón Chéjov y "La gaviota"


Antón Chéjov fue un médico, escritor y dramaturgo ruso que nació el 29 de enero de 1860 en Taganrog y murió con 44 años el 15 de julio de 1904 en Badenweiler.
Es maestro del relato corto, pero también como dramaturgo escribió unas cuantas obras. Su carrera literaria la iba compaginando con la medicina.
Tal vez sus obras teatrales mas conocidas fuesen: “La gaviota”, “Tío Vania”, “Las tres hermanas” y “El jardín de los cerezos”.
El año pasado, en mi clase de teatro, llegó la profesora con distintas obras que íbamos a preparar y representar. Una de ellas era “la gaviota “ Anton Chéjov. Había oído hablar de este escritor pero la verdad que no había aun tenido la oportunidad de leer ninguna obra suya. Esa misma tarde me leí la obra y sinceramente me encantó. Hoy voy a centrarme en analizar las características de la escritura de este gran escritor, Antón Chéjov.
En sintonía con la realidad social de la época, Chéjov creó a sus personajes insertos en un contexto en el que la antigua clase aristócrata se consumía lentamente frente a los dictados de un nuevo orden encarnado en la burguesía.
Sus dramas manifiestan la imposibilidad del hombre moderno de llevar a cabo sus deseos, de tolerar la desidia, la inercia moral y la falta de responsabilidad.
El objetivo de Chéjov es mostrar las cosas como son, bajo la sensación de lo cotidiano, lo banal. La acción se reduce al mínimo, los golpes de efecto brillan por su ausencia y la trama se entreteje en diálogos cotidianos aparentemente desprovistos de mayor significado.
Ambientados en casas de provincia, los personajes de Chéjov se ven sometidos al aburrimiento y a la monotonía característicos de la clase aristócrata que ha perdido sus motivaciones.
Sus obras de madurez están elaboradas según el principio básico: el conflicto entre un explotador y sus víctimas. Como en el caso de “La gaviota” en el que Triforín destruye la candidez de Nina y Arkadina las esperanzas de su hijo. También esto se puede observar en otra obra de Chéjov, “Tío Vania”, la llegada de Elena y Serebriakor hace tomar conciencia en los demás sus propias miserias.
Por otra parte, está el diálogo. Antón Chéjov crea un dialogo que es revelador de las características de los personajes, de sus motivaciones, sus odios y pasiones. Las obras parecen desplegarse en un crescendo, comienzan serenas, plácidas y se complejizan hasta el clímax final, en el que el despojo se evidencia en toda su envergadura.
Como decía él: “Los hombres comen, duermes, fuman y dicen banalidades y sin embargo se destruyen”
Antón Chéjov crea historias donde el bien y el mal se conducen en conflictos internos, personales; por lo tanto sus personajes no son arquetipos de héroes o villanos, sino seres capaces de amar y odiar al mismo tiempo, de sufrir y gozar, revelando así la profunda ambigüedad que caracteriza al hombre. Sus “héroes” son figuras rutinarias, monótonas, enmarcadas en los lugares comunes de todos los días.
En “La gaviota”, escrita en 1986 encontramos todas estas características que suele emplear Chéjov en sus personajes. Por un lado tenemos a personajes como Arkadina, una actriz madura, egoísta y superficial que se enfrenta con su hijo, el apasionado pero poco experimentado Treplev, quien quiere instaurar nuevas formar de representación teatral, y tras no conseguir el éxito deseado, se suicida, evidenciando el despojo espiritual del que ha sido víctima por parte de su progenitora.
Por otra parte encontramos a Nina, cándida aspirante a actriz que es seducida  luego abandonada por Trigorin, el escritor de gran éxito pero infeliz y deseoso del destino del hombre común.
Tenemos mas personajes, pero exentos de tragedias personajes en la obra. Masha es el prototipo de la mujer insatisfecha que, incapaz de lograr su felicidad, se somete a una vida sin amor. Sorín representa al hombre que por no haber tenido una existencia plena, ansía realizar en su vejez todo lo que no puedo hacer de joven. Y Dorn intenta hacer filosofía mientras su vida transita por la indiferencia.
La noche de estreno de la producción de “La gaviota” fue un famoso fracaso. Pero cuando Konstantín Stanislavsky la dirigió en una posterior producción para el Teatro de Arte de Moscú y la obra triunfó.
En “La gaviota” nos encontramos con todas las características que antes he ido nombrado tan peculiares de las obras Chéjov . Pero esta comedia de cuatro actos me ha fascinado mas que las demás. Entre el entramado de la historia, suceden difíciles momentos como el intento de suicidio de Tréplev, y los personajes en lugar de hablar de los problemas expresamente, tienden a irse por las ramas, y ha hablar de temas banales como al principio comentaba. Es el concepto conocido como “subtexto” el que tanto me ha sorprendido y admirado.


martes, 18 de marzo de 2014

"La señorita Else" de Arthur Schnitzler

Hace unas semanas me mandaron leer el primer libro en “Tendencias literarias”:“La señorita Else” de Arthur Schnitzler. Este narrador y dramaturgo austríaco escribió este relato en 1924. 
Nada más comenzarlo me llamo bastante la atención la estructura de monólogo interior con diálogos entrecomillados.
Solían ser los grupos que se sentían amenazados los que se refugiaban en la primera persona, el “yo” era un proceso para confesarse, como un procedimiento defensivo. Quizá por eso cuando aumentan las escritoras, escriben en primera personas, y al igual hicieron los judíos en tiempos hostiles o la minoría de escritores homosexuales.
Nos encontramos a finales del siglo XIX principios del XX, en la transición del simbolismo a las vanguardias. El movimiento feminista se empieza a desarrollar, se empieza a extender la idea de la reformulación de las relaciones de género. Else es un objeto de cambio, tratada como mercancía, se convierte en un motor de drama. Por tanto este elemento feminista es un elemento interesante que plantea la novela.
Otro componente a destacar que aparece es el tema de la humillación. Estamos ante una sociedad injusta en la que se humilla a Elsa. A las mujeres se las trataba como niños y como sujetos dependientes que no pueden tomar sus propias decisiones. Esto solo lleva a un único final posible (que ahora no desvelaré por si alguno aún no lo ha leído. Espero que pronto lo hagáis).
Estamos ante un tiempo del relato circular reiterativo, puesto que hay cosas que se nos cuentan varias veces. La trama con progresión lineal que nos va marcando este ritmo narrativo tan característico. Además nos encontramos ante un hecho que dura igual que la trama. El diálogo de la historia dura lo que el diálogo de la trama ya que se trata de un monólogo interior de Elsa que esta teniendo en presente.
La señorita Else como otras obras fue poco leída y poco aceptada en aquella época. Ya que estaba el modelo victoriano, los que leían eran la burguesía. Y esta burguesía prefería mundos coherentes a problemáticos. Tenían tendencia hacia lo real y empieza a aparecer una tensión entre lo que hacen estos escritores y lo que el público desea.
Además estamos ante un estructura simbolista. Se construye la realidad a través de signos, como símbolo de la música o del baile. El vals vienés, como signo del ensimismamiento, las vueltas te hacen perder la relación con el mundo exterior. Y uno acaba con cierta perdida de los contornos y  de los perfiles nítidos.
A mi sinceramente me ha encantado este relato, tanto por su forma de monólogo interior como la trama de este. A pesar de que las circunstancias sean otras, te sientes totalmente identificado con esta joven tan inocente y sincera. No hay límites entre lo que piensa y lo que debería de pensar, lo que hace que sea un discurso plenamente sincero.

martes, 18 de febrero de 2014

Análisis sobre "La deshumanización del arte" Ortega y Gasset

La deshumanización del arte se trata de un libro escrito en 1925 por José Ortega y Gasset donde se cuestionan las nuevas artes que empiezan a aparecer. Se alude a la literatura y al arte de vanguardia surgido tras la primera guerra mundial.
Ortega y Gasset es el  filósofo y ensayista mas brillante de la España del siglo XX. Nació en 1883 en Madrid y vivió: el desastre del 98, que dio comienzo a una época de crisis social, política y ideológica; el reinado de Alfonso XIII; la segunda república y la guerra civil. Las teorías del perspectivismo y de la razón vital o raciovitalismo, son las que definen su filosofía.
Nació en una familia acomodada, con las ideas regeneracionistas aunque luego se instaló en las nuevas ideas  de los pertenecientes a la generación del 14.
Desde muy joven tuvo servicio de la prensa. En aquella época, esta era la balanza para cambiar el país. Suponía el medio de expresión de la élite intelectual, donde todos los escritores de la generación del 14 escribían para introducir de sus ideas y valores de la cultura europea. Comenzada la guerra mundial, algunos de ellos salen bajo la dirección de Ortega y Gasset. Actúan a través del periódico “El sol” o la revista “España”, fundada por él en 1915 y en donde los escritores del 98 junto a los del 14, hacen una crítica de la vida política y social.
Pronto empezará a disminuir el analfabetismo, y comenzará la aparición de los nuevos medios de comunicación de masas. También hay un aumento de la tirada de libros favoreciendo así la difusión de los ideales de los escritores de esta época, así como libros de Ortega y Gasset, comportando un cambio en las mentalidades dominantes. Se defiende la necesidad de sacar a España de su ancestral aislamiento e introducir las ideas y los valores de la cultura europea.
En 1914 se inicia la modernidad, aunque tras la guerra mundial suponga una ruptura absoluta con los valores de la sociedad del siglo XIX. La primera guerra mundial en 1914 supuso el exilio de gran parte de la población. España se convierte en refugio sobre todo de gente francesa. Paris empezó a ser la capital de las vanguardias pero tras el estallido la mayoría huyo a España, a Madrid. También en Madrid se refugian escritores italianos, alemanes o latinoamericanos, esto supuso un nuevo aire a la literatura y el camino a algunas vanguardias españolas.
Al estallar la guerra civil española, Ortega huyó de España y se exilió en Paris, en los Países Bajos, en Argentina y en Lisboa. Y en 1945 volvió a España, donde murió.
En cuanto a sus obras, en 1902 publicó su primer libro llamado “Glosas” donde ya daba cuenta su visión sobre el hombre. En 1904, se doctoró en Filosofía y Letras, y en 1914 escribe “Meditaciones del Quijote”, primera obra donde expresa su visión  de filosofía. En ella, define la vida como individual pero también como circunstancia. En 1925, escribe otro de sus libros mas destacables “La deshumanización del arte”, un libro y tratado sociológico sobre el arte de vanguardia, el cual analizaré más detenidamente.
En 1930, “La rebelión de las masas”, que supone un rechazo a la sociedad de las masas y a la democracia. Las minorías preparadas son las capaces de generar pensamiento y de dirigir el país.
Ortega y Gasset en “la deshumanización del arte” comienza distinguiendo entre lo que no es popular y lo que es impopular. Pone el ejemplo del romanticismo, que  pasó a ser por excelencia el estilo popular. Solo tuvo por enemigo a una minoría anquilosada en las formas arcaicas del antiguo régimen. En cambio, el arte nuevo tiene  a la masa en contra suya, por tanto es impopular/antipopular por excelencia.
Desde el punto de vista sociológico, existen dos grupos antagónicos: una minoría formada por reducido número de personas favorables a este, y mayoría que le es hostil. Y la distinción que los separa no es el gusto sino el entendimiento. La mayoría, la masa, no la entiende. Se trata de un arte nuevo que no es para todo el mundo como lo era el romántico.
Ortega y Gasset cuenta que el hecho de no entender la obra, deja en posición de humillación al hombre, y a la burguesía.
“Se acerca el tiempo en que la sociedad, desde la política del arte, volverá a organizarse, según es debido, en dos ordenes o rangos: el de los hombres egregios y el de los hombres vulgares”. En este párrafo sacado del libro, ya distingue entre dos tipos de personas que en “La rebelión de las masas”(1930) explicará mas detenidamente de que son las personas egregias, las que tienen un nivel educativo y cultural adecuado, las que deberían gobernar el país.
Ortega y Gasset explica cómo para la  mayoría de las personas, una obra es “buena” cuando esta consigue producir la cantidad de ilusión necesaria para que los personajes imaginarios valgan como personas vivientes. En la lírica buscará amores y dolores del hombre que palpita bajo el poeta. En pintura solo le atraerán los cuadros donde encuentre figuras con  quien fuera interesante vivir o cuando el paisaje real que representa merezca por su amenidad ser visitado en una excursión. Por tanto, la mayoría busca el realismo, busca encontrarse en una obra.
Existen dos operaciones opuestas a la hora de observar por una ventana. Se puede ver el jardín o ver el vidrio de la ventana, una excluye a la otra, se trata de dos acomodaciones oculares distintas. Quien en la obra de arte busca el conmoverse, que es lo que busca la mayoría, acomoda su percepción espiritual y por tanto no verá la obra de arte. No se fijan en el vidrio de la ventana y se fijan en la realidad humana que hay representada en la obra.
Todo el arte pasado ha sido realista y para gozarlo no hace falta la acomodación al vidrio, a la propia obra de arte. Basta con poseer sensibilidad humana y dejarse llevar por los sentimientos. Este arte realista es arte popular, del que Ortega explica que no es propio arte en si, sino extracto de vida.

El arte vanguardista que empieza a aparecer tras la primera guerra mundial tiene una tendencia a la eliminación progresiva de los elementos humanos. El contenido humano de la obra será tan escaso que casi ni se le verá. Comienza a aparecer un arte para artistas y no para la masa de los hombres. Y aquí es cuando aparecen dos clases de individuos: los que lo entienden y los que no; los artistas y los que no lo son.


"La persistencia de la memoria" Salvador Dalí, 1931

A principios del siglo XX se empiezan a agotar las combinaciones posibles en novela y en teatro romántico-naturalista y es necesaria una nueva sensibilidad
Comienza la deshumanización del arte, evitar las formas vivas, a hacer que la obra de arte no sea sino obra de arte, a considerar el arte como juego y a considerarlo como algo sin transcendencia alguna.
En el capítulo “Unas gotas de fenomenología” coloca una situación: un hombre agoniza, su mujer al lado, un médico cuenta las pulsaciones del moribundo, un periodista hace su trabajo y un pintor que observa. Distingue en que la esposa y el pintor presencian dos hechos completamente distintos y se pregunta cual será la verdadera realidad. Para ello, lo primero es medir la distancia espiritual en que cada uno se halla del hecho común. Y el pintor es el más distante ya que tiene una actitud puramente contemplativa, hay mínima intervención sentimental.
Existen dos tipos de grados: Los grados de proximidad, que equivalen a grados de participación sentimental en los hechos, la realidad “vivida”; y los grados de alejamiento, son grados de liberación en que objetivamos el suceso real, realidad “contemplada”.
Las vanguardias surgen como un grito de protesta tras la primera guerra mundial que había dejado el mundo hundido en el sinsentido de este. Surgiendo la liberación de la subjetividad en los artistas que necesitan expresarse con violencia a los valores establecidos y a las tradiciones burguesas del pasado. Objetivo de provocar y agredir al sistema burgués.


"El guernica" Pablo Picasso, 1937

Aparece una nueva sensibilidad estética. En vez de ir continuando en busca de la máxima realidad, se ve que ha ido contra ella y rompe el aspecto humano.
Ahora no hacen falta sentimientos y pasiones, solo sentimientos estéticos. Como dice Ortega y Gasset: “No se trata de pintar algo distinto al hombre, casa o montaña, sino pintar un hombre que se parezca lo menos posible a un hombre.” Hay que construir algo que no sea copia de lo natural.
En su apartado “Invitación a comprender” habla de la diferencia entre la percepción de la realidad vivida y la percepción de la forma artística ya que requieren acomodaciones diferentes.
El poeta joven cuando poetiza se propone simplemente ser poeta. Vida es una cosa, poesía es otra. Ahora por ejemplo la metáfora tiene intención decorativa, para adornar la realidad amada.
Ortega y Gasset llega a la conclusión de que para deshumanizar el arte hay que invertir la jerarquía  de cosas importantes. En primer plano tienen que ir los mínimos sucesos de la vida. Por ejemplo habla de Ramón Gómez de la Serna, que escribe un libro sobre los senos o sobre el rastro.
También se ha pasado de pintar las cosas a pintar las ideas. El artista nos e fija en el mundo exterior, ahora solo en los paisajes internos y subjetivos.
Por último, habla del surgimiento de la iconoclasia en al religión y en el arte. Desde la prehistoria hay sensibilidad por buscar la forma viva. Pero acabamos aterrorizados y recogemos signos abstractos.
Cuando Ortega y Gasset escribió este ensayo en 1925 no fue visto como novedad ni tuvo un gran interés en el público. Se trataba mas un ensayo donde se expone la finalidad de este nuevo arte que empieza a surgir. Peor hoy en día, se ha pasado a considerar un análisis de lo que fue el nuevo arte, el arte de las vanguardias tras la primera guerra mundial.
Además el concepto de arte deshumanizado y moderno influyó en la generación del 27. Por tanto, todas las ideas  reflejadas en el libro de Ortega, en cierto modo, describían a esta generación del 27.


Generación del 27


Por tanto, Ortega y Gasset veía este nuevo arte como algo bueno y positivo. Un arte que daba aires de modernidad y que distinguía entre hombres vulgares y egregios. Algo que mas adelante en su obra “La rebelión de las masas” reafirma y analiza. Su crítica al nivel educativo y cultural de la élites y sus intentos por cambiar a éstas, eran constantes en su filosofía. Y la aparición de este nuevo arte tan provocativo suponía dejar en humillación a la burguesía por no entenderlo.