lunes, 7 de abril de 2014

Antón Chéjov y "La gaviota"


Antón Chéjov fue un médico, escritor y dramaturgo ruso que nació el 29 de enero de 1860 en Taganrog y murió con 44 años el 15 de julio de 1904 en Badenweiler.
Es maestro del relato corto, pero también como dramaturgo escribió unas cuantas obras. Su carrera literaria la iba compaginando con la medicina.
Tal vez sus obras teatrales mas conocidas fuesen: “La gaviota”, “Tío Vania”, “Las tres hermanas” y “El jardín de los cerezos”.
El año pasado, en mi clase de teatro, llegó la profesora con distintas obras que íbamos a preparar y representar. Una de ellas era “la gaviota “ Anton Chéjov. Había oído hablar de este escritor pero la verdad que no había aun tenido la oportunidad de leer ninguna obra suya. Esa misma tarde me leí la obra y sinceramente me encantó. Hoy voy a centrarme en analizar las características de la escritura de este gran escritor, Antón Chéjov.
En sintonía con la realidad social de la época, Chéjov creó a sus personajes insertos en un contexto en el que la antigua clase aristócrata se consumía lentamente frente a los dictados de un nuevo orden encarnado en la burguesía.
Sus dramas manifiestan la imposibilidad del hombre moderno de llevar a cabo sus deseos, de tolerar la desidia, la inercia moral y la falta de responsabilidad.
El objetivo de Chéjov es mostrar las cosas como son, bajo la sensación de lo cotidiano, lo banal. La acción se reduce al mínimo, los golpes de efecto brillan por su ausencia y la trama se entreteje en diálogos cotidianos aparentemente desprovistos de mayor significado.
Ambientados en casas de provincia, los personajes de Chéjov se ven sometidos al aburrimiento y a la monotonía característicos de la clase aristócrata que ha perdido sus motivaciones.
Sus obras de madurez están elaboradas según el principio básico: el conflicto entre un explotador y sus víctimas. Como en el caso de “La gaviota” en el que Triforín destruye la candidez de Nina y Arkadina las esperanzas de su hijo. También esto se puede observar en otra obra de Chéjov, “Tío Vania”, la llegada de Elena y Serebriakor hace tomar conciencia en los demás sus propias miserias.
Por otra parte, está el diálogo. Antón Chéjov crea un dialogo que es revelador de las características de los personajes, de sus motivaciones, sus odios y pasiones. Las obras parecen desplegarse en un crescendo, comienzan serenas, plácidas y se complejizan hasta el clímax final, en el que el despojo se evidencia en toda su envergadura.
Como decía él: “Los hombres comen, duermes, fuman y dicen banalidades y sin embargo se destruyen”
Antón Chéjov crea historias donde el bien y el mal se conducen en conflictos internos, personales; por lo tanto sus personajes no son arquetipos de héroes o villanos, sino seres capaces de amar y odiar al mismo tiempo, de sufrir y gozar, revelando así la profunda ambigüedad que caracteriza al hombre. Sus “héroes” son figuras rutinarias, monótonas, enmarcadas en los lugares comunes de todos los días.
En “La gaviota”, escrita en 1986 encontramos todas estas características que suele emplear Chéjov en sus personajes. Por un lado tenemos a personajes como Arkadina, una actriz madura, egoísta y superficial que se enfrenta con su hijo, el apasionado pero poco experimentado Treplev, quien quiere instaurar nuevas formar de representación teatral, y tras no conseguir el éxito deseado, se suicida, evidenciando el despojo espiritual del que ha sido víctima por parte de su progenitora.
Por otra parte encontramos a Nina, cándida aspirante a actriz que es seducida  luego abandonada por Trigorin, el escritor de gran éxito pero infeliz y deseoso del destino del hombre común.
Tenemos mas personajes, pero exentos de tragedias personajes en la obra. Masha es el prototipo de la mujer insatisfecha que, incapaz de lograr su felicidad, se somete a una vida sin amor. Sorín representa al hombre que por no haber tenido una existencia plena, ansía realizar en su vejez todo lo que no puedo hacer de joven. Y Dorn intenta hacer filosofía mientras su vida transita por la indiferencia.
La noche de estreno de la producción de “La gaviota” fue un famoso fracaso. Pero cuando Konstantín Stanislavsky la dirigió en una posterior producción para el Teatro de Arte de Moscú y la obra triunfó.
En “La gaviota” nos encontramos con todas las características que antes he ido nombrado tan peculiares de las obras Chéjov . Pero esta comedia de cuatro actos me ha fascinado mas que las demás. Entre el entramado de la historia, suceden difíciles momentos como el intento de suicidio de Tréplev, y los personajes en lugar de hablar de los problemas expresamente, tienden a irse por las ramas, y ha hablar de temas banales como al principio comentaba. Es el concepto conocido como “subtexto” el que tanto me ha sorprendido y admirado.